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NUESTRO impacto

A lo largo de nuestro camino, hemos acompañado a más de 12.000 personas. Son historias vivas: jóvenes que encontraron su voz, familias que recuperaron las esperanza y barrios convirtieron el dolor en acción colectiva. Cada paso ha sido una huella tejida con amor y memoria.

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nuestro inicio

Nacemos como un grupo juvenil de cinco jóvenes que, en medio del juvenicidio y la desconfianza, se organizan para soñar, jugar y repensar su barrio a través de un referendo que identificó sus principales problemáticas.

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nuestro espacio

En 2015 dimos vida a Risueños: una noche de humor y esperanza en el Teatro Fundadores, para sembrar el sueño colectivo de una sede propia para Huellas de Vida.

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nace nuestra fundación

En el años 2016, tras una década de trabajo comunitario, el grupo juvenil consolida su trayectoria organizativa y da un paso hacia la formalización legal al constituirse como la fundación Comunitaria Huellas de Vida, reafirmando su compromiso con la transformación social y el fortalecimiento del tejido barrial.

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Conócenos

Fundación Comunitaria Huella de Vida

Desde el año 2006 Huellas de Vida ha sido el espacio de lazos que construyen comunidad desde las vivencias diarias de niños jóvenes y adultos, generando espacios de afecto inclusión y solidaridad desde lo cultural, comunicativo, educativo y social.

Nuestra visión es formar líderes emprendedores que se reconozcan a partir de sus potencialidades como fuentes de transformación, comprometidos con el mundo.

Hemos logrado integrar una comunidad golpeada por el estigma de la violencia urbana, reconociendo sus responsabilidades y derechos, llegando a impactar a más de 12.000 personas en nuestros 19 años de trabajo, a través diferentes procesos de formación, que han permitido disminuir radicalmente los índices de violencia, la deserción escolar y la estigmatización de los espacios de la comuna norte de la ciudad de Manizales.